Conducir un vehículo poco contaminante es lo que desean la mayoría de personas en la actualidad. Esto ya no es solo un deseo personal, sino también una normativa vigente para vehículos que se debe cumplir en la Unión Europea desde 2005. Para lograr esto hay una pieza clave que ayuda a reducir la emisión de elementos contaminantes del aire: el filtro de partículas del coche.
Conservar el filtro de partículas en estado óptimo y darle el mantenimiento adecuado es clave para cumplir con las regulaciones y de paso conducir un automóvil menos contaminante. A continuación te contamos todo lo que debes saber sobre el filtro de partículas del coche, su funcionamiento, cómo darle un correcto mantenimiento y las normativas que regulan esta materia.
El Filtro a Partículas (FAP), mejor conocido como Filtro de Partículas, es una pieza que forma parte del sistema de escape de los coches que ayuda a reducir significativamente las emisiones de partículas contaminantes. Su función es atrapar las partículas de hollín y cenizas generadas en el proceso de combustión de los vehículos.
Los FAP pueden dividirse en Filtro de Partículas Diesel (DPF, por sus siglas en Inglés) o Filtro de Partículas de Gasolina (GPF, en Inglés), dependiendo del tipo de combustible que utilice el coche. El principal objetivo del filtro de partículas es proteger la calidad del aire y reducir la contaminación ambiental.
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Los primeros filtros de partículas fueron creados en 1985 y fue Mercedes-Benz la primera automotriz en incorporarlos en sus modelos de fabricación. La aparición de estas piezas se dio en respuesta a nuevas regulaciones a la industria automotriz en Estados Unidos, que en ese momento eran más estrictas que en la Unión Europea. Sin embargo, la efectividad de estos primeros FAP era muy baja, por lo que cayó en desuso. Fue hasta la década de 1990 cuando la automotriz PSA, propietaria de la marca Peugeot, decide retomar la incorporación de estos filtros en sus vehículos con innovaciones que mejoraron la efectividad de los mismos.
El Filtro de Partículas del coche debe recibir mantenimiento en caso de que no se pueda auto-regenerar.
Los FAP se ubican en el conducto de escape de los coches, junto al catalizador y funciona de la siguiente manera:
Un FAP en mal estado o sin el mantenimiento adecuado, además de facilitar el escape de partículas contaminantes, puede provocar otros efectos negativos en los automóviles, tales como: aumento del consumo de combustible, pérdida de potencia e incluso daños en el sistema de escape.
El filtro de Partículas del coche forma parte del sistema de escape y su función es reducir los elementos contaminantes del aire.
Existen algunas señales que pueden indicar que el filtro de partículas de los coches están en mal estado:
Si tu vehículo presenta alguna de estas señales es posible que necesite un mantenimiento.
El mantenimiento de los FAP puede ser muy sencillo.
Es el proceso más sencillo, económico y hasta emocionante para mantener el filtro de partículas del coche en buen estado. Este consiste en llevar el vehículo fuera de la ciudad una vez al mes o cada 250 km recorridos, y acelerar a una velocidad superior a los 40 kph durante al menos 15 minutos para que, al incrementar la temperatura del motor, el filtro logre quemar los residuos atrapados.
Cuando los propietarios usan los coches en ciudades, donde la velocidad promedio de traslado es muy baja por el tráfico, es posible que el FAP no logre quemar los residuos correctamente, los acumule en exceso, derivando en una obstrucción. Por lo cual se recomienda acudir a un taller especializado con periodicidad para la correspondiente limpieza del filtro de partículas de los coches.
Los vehículos que se usan principalmente en ciudades y que transitan a bajas velocidades pueden tener problemas en el filtro de partículas.
La vida útil de un FAP puede rondar entre los 120.000 y los 180.000 kms. Al superar este límite de recorrido lo idóneo es realizar un cambio, aunque este periodo de tiempo puede ser menor según se determine en una inspección técnica vehicular.
Las Normas Euro son las regulaciones para reducir las emisiones de gases contaminantes en toda la Unión Europea, incluyendo España. Desde 2009, con la entrada en vigencia de la Normativa Euro 5, se estableció la obligatoriedad de la instalación de FAP en los vehículos diésel. Esta exigencia se amplió a todos los vehículos de gasolina en 2014, con la implementación de la Normativa Euro 6, que contiene requisitos más estrictos sobre la reducción de emisiones de partículas y gases contaminantes.
Es válido mencionar que el FAP es uno de los elementos que se revisan durante las inspecciones técnicas periódicas. En caso de no estar funcionando a plenitud, puede generar que los talleres especializados no aprueben dichas inspecciones.
Durante las inspecciones técnicas se verifica el estado del filtro de partículas del coche.
Un dato no menos importante es que el filtro de partículas del coche también puede sufrir daños por el uso de aceites inadecuados, por lo cual es recomendado usar el aditivo idóneo para cada automóvil.
Sin importar si tu coche cuenta con un Filtro de Partículas Diesel o un Filtro de Partículas de Gasolina, lo importante es mantenerlo en estado óptimo. Esto te permitirá conducir con la tranquilidad de que tu coche no contamina el ambiente innecesariamente y tu vehículo está operando a su máxima capacidad.